Los homicidios en Sinaloa aumentaron 243% en el último año, un incremento dramático vinculado directamente a la intensificación de la pugna entre dos facciones del Cártel de Sinaloa: «Los Mayitos» y «Los Chapitos». Este conflicto se agudizó tras el secuestro y entrega a Estados Unidos de Ismael «El Mayo» Zambada, operación atribuida a Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo».
El contexto de esta violencia es resultado de disputas internas por el control del territorio y el liderazgo en el narcotráfico en la región, exacerbadas por la rivalidad entre estos grupos luego de la acción contra «El Mayo» Zambada. La entrega del histórico líder marcó un cambio en la dinámica criminal de Sinaloa, reflejándose inmediatamente en las tasas de asesinatos.
