Bruselas ha impuesto una multa de 2.950 millones de euros a Google por abuso de posición dominante en el mercado de la publicidad digital, al favorecer sus propios servicios en detrimento de competidores y perjudicar a editores, anunciantes y consumidores.
Además de la sanción económica, la Comisión Europea exige a Google que ponga fin a estas prácticas anticompetitivas y tome medidas para eliminar sus conflictos de interés en la cadena de suministro de tecnología publicitaria.
En particular, Bruselas ha pedido a Google que venda parte de su negocio de publicidad digital para abordar los problemas señalados, y la empresa tiene 60 días para informar sobre cómo proceder ante la Comisión. La multa es la segunda más alta que ha impuesto Bruselas en casos de abuso monopolístico, solo superada por otra multa a Google relacionada con Android. Esta decisión se tomó pese a las amenazas de represalias comerciales desde Estados Unidos, como las advertencias del presidente Trump de imponer aranceles a Europa por esta sanción.
La vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de Competencia, Teresa Ribera, advirtió que si Google no presenta soluciones serias para corregir su conducta, Bruselas impondrá medidas más severas.
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