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En México, la extorsión es uno de los delitos de mayor preocupación y diversas estrategias se han implementado a nivel federal, estatal y local para combatirla. Aunque el problema sigue siendo grave y persiste la impunidad, algunos enfoques y medidas han mostrado avances importantes:

Estrategias más efectivas y avances recientes

  • Estrategia Nacional contra la Extorsión (2025): Impulsada por el Gobierno Federal, se basa en la inteligencia e investigación criminal, la creación de Unidades Antiextorsión estatales, protocolos de atención a víctimas, capacitación de operadores del 089 en negociación y manejo de crisis, campañas de prevención, bloqueo de líneas telefónicas usadas para extorsión, congelamiento de cuentas bancarias asociadas y operativos en penitenciarías para frenar llamadas desde cárceles. Sin embargo, se critica que estas acciones se enfocan más en la extorsión telefónica y menos en el «cobro de piso» presencial, que afecta a comercios y transporte.
  • Focalización territorial: La estrategia federal prioriza la intervención en estados con más casos, como Estado de México, Guanajuato, Nuevo León, Ciudad de México, Veracruz, Jalisco, Guerrero y Michoacán, donde se concentra el 66% de los casos registrados.
  • Éxitos locales, como el Grupo Centurión en Quintana Roo: Este grupo especializado ha logrado en tres meses y medio atender 38 casos de extorsión y detener a 29 presuntos extorsionadores en flagrancia, usando tecnología avanzada como drones y reconocimiento facial. El modelo ha implicado la colaboración de empresarios y la integración de cámaras privadas a la red de monitoreo estatal. En el mismo estado, el 84% de los detenidos por extorsión han sido vinculados a proceso y el 12% ya sentenciados con penas de hasta 37 años de prisión.
  • Fortalecimiento legal: La CDMX y otras entidades han reformado leyes para endurecer las penas contra extorsionadores (hasta 15 años de prisión) y crear fiscalías especializadas. También se han lanzado líneas telefónicas y campañas de denuncia, aumentando la atención y profesionalización policial para proteger víctimas y detener a los responsables.
  • Herramientas tecnológicas: Aplicaciones como «No + XT» bloquean números asociados a extorsión y permiten la denuncia y acompañamiento jurídico, con especial énfasis en la extorsión telefónica, que representa la mayoría de los casos reportados.

Principales retos

  • La falta de incentivos para denunciar y la percepción de impunidad (menos de 0.02% de los casos llegan a sanciones) siguen siendo grandes obstáculos.
  • El «cobro de piso» presencial, que afecta a negocios físicamente, es menos atendido por las estrategias actuales, que suelen concentrarse en la modalidad telefónica.
  • La colusión de autoridades y la operación desde penales complican la erradicación del delito.

En resumen:
Las acciones más efectivas han sido las que combinan inteligencia policial, tecnología, colaboración entre sectores, endurecimiento legal y campañas de prevención y denuncia. Los modelos locales con grupos especializados, como en Quintana Roo, han mostrado resultados palpables en detenciones y sentencias, mientras que a nivel federal las acciones buscan reducir la incidencia y fortalecer las capacidades institucionales en los estados más afectados. Sin embargo, el delito de extorsión continúa evolucionando y requiere ajustes constantes a las estrategias para abordar también la extorsión presencial y mejorar la confianza ciudadana en la denuncia y la protección.

Foto de Towfiqu barbhuiya en Unsplash

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