Tesla registró una caída del 71% en su utilidad neta durante el primer trimestre de 2025, alcanzando 409 millones de dólares frente a los 1.4 mil millones del mismo periodo en 2024. Esta fuerte disminución se debe principalmente al impacto negativo que tuvo el protagonismo político de Elon Musk como asesor del presidente Donald Trump y su rol en el Departamento de Eficacia Gubernamental (DOGE), lo que provocó una caída del 13% en las ventas de automóviles Tesla y un descenso del 20% en los ingresos por venta de coches, que bajaron a 13,967 millones de dólares.
Además, Tesla tuvo que vender sus vehículos a precios más bajos para estimular la demanda, mientras que los ingresos por servicios y almacenamiento de energía crecieron, amortiguando parcialmente la caída en facturación. La acción de Tesla ha sufrido una caída de más del 40% en el año, reflejando la preocupación de los inversionistas por el desempeño de la empresa y la distracción de Musk con sus actividades políticas.
Respecto a Elon Musk y su relación con DOGE, Musk anunció que a partir de mayo de 2025 reducirá significativamente su involucramiento en el Departamento de Eficacia Gubernamental para dedicar más tiempo a Tesla, aunque continuará colaborando uno o dos días por semana mientras sea útil y el presidente lo requiera. Musk reconoció que liderar Tesla mientras estaba involucrado con DOGE ha sido complicado y que la mayor parte del trabajo para establecer DOGE ya está hecho. Su gestión en DOGE ha sido polémica, con recortes masivos y objetivos de ahorro presupuestario que se han reducido de 2 billones a 150 mil millones de dólares, y con críticas sobre la efectividad real de esos ahorros.
En resumen, Tesla sufrió una caída significativa en su utilidad debido al impacto negativo del papel político de Musk y la consecuente caída en ventas, mientras que Musk ha decidido «bajarse» o reducir su implicación en DOGE para enfocarse más en la gestión de Tesla y sus desafíos actuales.
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