Cada vez más popular y sofisticada, la tecnología de deepfake representa «una amenaza abrumadora en el panorama digital actual». Según el Informe de Inteligencia de Amenazas de 2024 de iProov, esta tecnología ha evolucionado notablemente en los últimos 12 meses, registrando un alarmante aumento del 704% en el intercambio de rostros mediante deepfakes. Este informe destaca cómo los actores de amenazas han mejorado sus métodos, utilizando herramientas impulsadas por inteligencia artificial que complican la verificación remota de identidades.

La investigación del proveedor de soluciones biométricas iProov determinó que solo el 0.1 por ciento de los usuarios distingue con precisión un ‘deepfake’ generado por inteligencia artificial de un contenido real. Los videos resultan los más difíciles de detectar, en comparación con las imágenes.

Los ‘deepfakes’ son videos manipulados con IA que buscan engañar a los usuarios, haciéndoles creer que una persona realiza declaraciones o acciones irreales mediante el intercambio de rostros y la modificación de la voz.

El ‘deepfake’ engaña a la mayoría de los usuarios, hasta el punto de que solo el 0.1 por ciento distingue con precisión el contenido real del generado con IA, según un informe reciente.

El informe también revela que casi la mitad de los grupos dedicados a estos ataques se formaron en 2023, lo que indica un crecimiento significativo en la colaboración entre delincuentes. Los ataques se clasifican principalmente en dos tipos: ataques de presentación y ataques de inyección digital. Estas nuevas tendencias muestran un despliegue creciente de herramientas que facilitan el lanzamiento de ataques, haciendo que las tecnologías tradicionales sean insuficientes para proteger a las organizaciones.

Además, se subraya que solo el 0.1% de los usuarios es capaz de detectar un deepfake, lo que agrava la situación y resalta la necesidad urgente de soluciones más robustas en el ámbito de la verificación biométrica. La inteligencia sobre amenazas proporciona una visión crítica para entender y mitigar estos riesgos, enfatizando la importancia de adaptarse a un entorno digital en constante cambio.