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Viajar a Chihuahua es adentrarse en el corazón del norte mexicano, donde la inmensidad del paisaje se une con la nobleza de su gente. Este estado, el más grande del país, ofrece desde desiertos dorados hasta montañas cubiertas de pino y encino, pasando por cañones que parecen tocar el cielo.

Con una población de más de 3.7 millones de habitantes, Chihuahua se distingue por el dinamismo de sus principales ciudades: la capital homónima, moderna y acogedora; Ciudad Juárez, centro industrial y fronterizo; Delicias y Cuauhtémoc, impulsos agrícolas e industriales; y Parral, joya minera llena de historia y tradiciones.

Chihuahua es tierra de encuentros: aquí convivieron las culturas rarámuri, apache y mestiza, dejando una herencia que se refleja en su gastronomía, su música y su inquebrantable espíritu de libertad. En estas tierras nació la Revolución Mexicana, y todavía se respira el orgullo de Pancho Villa y de quienes forjaron un nuevo rumbo para el país.

Hoy, el estado cuenta con una sólida infraestructura que combina la autenticidad de lo tradicional con la modernidad de lo contemporáneo: carreteras que cruzan la sierra y el desierto, un sistema ferroviario emblemático —el famoso tren Chepe que recorre las Barrancas del Cobre—, aeropuertos internacionales y una creciente oferta hotelera y cultural que recibe con los brazos abiertos a cada visitante.

Chihuahua es un destino para mirar lejos, sentir profundo y descubrir que México también se encuentra en sus montañas, sus valles y la calidez de su gente.

Foto de Ivan Calderon en Unsplash

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