Dina Boluarte fue destituida como presidenta de Perú durante la madrugada del viernes 10 de octubre de 2025, tras una votación en el Congreso que la declaró en “incapacidad moral permanente” para ejercer el cargo, principalmente por su manejo frente al alza del crimen organizado y diversos escándalos. El presidente del Congreso, José Jerí, asumió provisionalmente la presidencia hasta las elecciones generales previstas para abril de 2026.
Proceso de Destitución
La destitución de Boluarte se aprobó de manera exprés, con entre 118 y 123 votos a favor de los congresistas, y sin abstenciones ni votos en contra. La moción fue fundamentada en cuatro iniciativas presentadas por diferentes bancadas, citando su incapacidad para enfrentar la inseguridad ciudadana, el incremento del crimen organizado y presuntos casos de corrupción como “Rolexgate”. Boluarte no se presentó a defenderse ante el Congreso, alegando que el proceso era “inconstitucional”.
Factores que Contribuyeron
La principal causa para la destitución fue el deterioro grave de la seguridad pública, con un fuerte aumento de extorsiones, asesinatos y crimen organizado, además del desgaste institucional y denuncias de corrupción. El apoyo político que Boluarte había recibido de sectores de derecha se fragmentó en las semanas previas.
Nuevo Gobierno y Periodo de Transición
José Jerí, presidente del Congreso, asumió el cargo de manera interina, prometiendo un gobierno de reconciliación y enfocado en combatir la criminalidad. Jerí estará al mando hasta julio de 2026, cuando se realice el cambio presidencial posterior a las elecciones generales de abril.
Contexto y Repercusiones
La destitución se suma a la inestabilidad política crónica que ha caracterizado a Perú, donde ninguno de los presidentes recientes ha logrado completar su mandato. Apenas seis meses restan para las próximas elecciones, en medio de incertidumbre política y rechazo ciudadano tanto al gobierno como al Congreso.
La salida de Boluarte marca otro capítulo en la crisis institucional peruana y abre un periodo de transición con atención a cómo responderá la sociedad y el nuevo gobierno provisional.