La reciente notificación de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) al Capitolio sobre el uso de aeronaves no tripuladas en el espacio aéreo de México ha generado un intenso debate. Según informes de CNN, estas aeronaves son utilizadas con frecuencia en misiones antiterroristas en regiones como Somalia y Yemen, y se han avistado en las cercanías de México, lo que ha suscitado preocupaciones sobre su propósito y las implicaciones de su presencia 125.
Desde finales de enero hasta principios de febrero, se registraron al menos 18 vuelos militares estadounidenses cerca de la frontera mexicana, utilizando aeronaves sofisticadas como el Boeing P-8 Poseidón y el Lockheed U-2. Estas misiones han sido justificadas por el gobierno estadounidense como parte de un esfuerzo para combatir el narcotráfico y la actividad de los cárteles mexicanos 235.
Sin embargo, el gobierno mexicano ha expresado su preocupación, indicando que no puede descartar la posibilidad de que estos vuelos hayan estado involucrados en actividades de espionaje 25.
El secretario de Defensa Nacional de México, Ricardo Trevilla, ha afirmado que los vuelos se realizaron en espacio aéreo internacional y que no violaron las normas internacionales. Sin embargo, la falta de una solicitud formal para operar en el espacio aéreo mexicano ha levantado suspicacias sobre la naturaleza de estas operaciones y su impacto en la cooperación entre ambos países 125.
La controversia se centra no solo en la legalidad de los vuelos, sino también en cómo estos reflejan un cambio en las prioridades del Pentágono hacia la seguridad nacional en la frontera sur.