En una acción sin precedentes, México entregó a Estados Unidos a 29 capos del narcotráfico, incluyendo figuras prominentes como Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Treviño Morales (alias «El Z-40»), Omar Treviño Morales (alias «El Z-42»), y José Ángel Canobbio Inzunza (alias «El Güerito»). Esta extradición se realizó a petición del Departamento de Justicia de Estados Unidos, debido a delitos como tráfico de drogas, asesinato, lavado de dinero y otros crímenes organizados.
La acción se enmarca en un contexto de cooperación bilateral y responde a las presiones de la administración de Donald Trump, quien ha calificado a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Estados Unidos busca aplicar penas severas, incluyendo cadena perpetua o incluso la pena de muerte para algunos de los extraditados.
La entrega de estos capos también se aceleró debido a la preocupación de que algunos podrían ser liberados por jueces mexicanos, lo que habría complicado su extradición posteriormente.
Este operativo refleja un esfuerzo conjunto para combatir el crimen organizado y fortalecer la seguridad en ambos países.