El Papa Francisco, de 88 años, ha sido ingresado en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma este viernes para someterse a pruebas y continuar su tratamiento por bronquitis, una condición que ha estado padeciendo durante varios días. La información fue confirmada por la Sala de Prensa del Vaticano, que indicó que el Papa fue hospitalizado tras sus audiencias matutinas 123.
En los últimos días, Francisco había mostrado dificultades respiratorias, lo que le llevó a delegar la lectura de algunos discursos a sus asistentes. A pesar de su estado, había continuado con su agenda habitual, incluyendo reuniones con dignatarios como el primer ministro eslovaco, Robert Fico. Sin embargo, su salud ha sido motivo de preocupación, dado que ha experimentado un evidente deterioro en su condición física, con síntomas como hinchazón facial y debilidad general 2.
El pontífice ha tenido un historial médico complicado, incluyendo la extirpación de parte de un pulmón en su juventud y múltiples intervenciones quirúrgicas en los últimos años. Esto ha llevado a una creciente atención sobre su salud desde que asumió el papado en 2013, especialmente después de la renuncia de su predecesor, Benedicto XVI, por razones de salud.
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