Por Edmundo Font desde La Habana, Cuba
Estimado Ulises, señor director, agradezco que podamos publicar algunas imágenes de una Habana que viví por primera vez, hace más de 4 décadas y redescubro, viniendo a la feria internacional del libro en Cuba.
Mi experiencia de entonces tenía que ver con la emoción de encontrar entrañables amigos que ya se han ido para siempre, como el admirable ser humano y poeta que fue Pablo Armando Fernández, quien presentó en una lectura mía en un correoso almacén de los muelles; seguir la huella de José Lezama Lima, en su piso cercano al Paseo del Prado, y volver a visitar la Finca Vigía de Hemingway.
Así que esta mañana me escapé a descifrar la detención de un paso del tiempo habanero en fachadas de lugares clave, como la del fantasma de Bola de Nieve en su cabaret “Monseñor” que aún existe.



