Por Xavier Buendía
Camaradas, saludos desde la Ciudad de México, mi ciudad natal, el mejor lugar para estar durante los meses fríos de Europa, mi fuente eterna de inspiración para toda mi creatividad y uno de los dos lugares a los que regreso con el propósito de aprender mucho más sobre mí y mi proceso creativo.
Si han estado siguiendo mis historias en Instagram (les recomiendo que no), probablemente piensen que estoy aquí de vacaciones, pero créanme, mi tiempo aquí no es para nada vacacional. Estoy fotografiando sin parar antes del amanecer hasta que se agota la batería, todos los días. No solo eso, sino que dialogo con la ciudad, conecto con ella, hablo con los lugareños e investigo muchísimo. Estoy exhausto, tengo ampollas en los pies y la mano derecha, me duele la espalda, quiero ir a casa a descansar; pero estoy increíblemente inspirado y me siento en sintonía con mi ciudad y mi arte. Eso me basta para seguir adelante, porque estas experiencias no volverán a ocurrir.
Justo antes de este viaje, revisé el trabajo de dos fotógrafos que dedicaron su vida a documentar esta ciudad: Nacho López y Francisco Mata Rosas. Ambos con un talento increíble como narradores visuales, pero de generaciones diferentes: López en los años 50, Mata Rosas, contemporáneo de todos nosotros.
Nacho López se convirtió en fotógrafo al unirse al Sindicato de Trabajadores Cinematográficos tras pasar una temporada trabajando en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Se convirtió en asistente del fotógrafo de la revista LIFE, Víctor de Palma. El trabajo de Nacho documentó una realidad que se ha ocultado a los mexicanos durante mucho tiempo: las historias de los barrios marginales, los pobres, la clase trabajadora de la ciudad. Estas historias contradecían la narrativa de la época, cuando los medios querían (y aún quieren) mostrar una ciudad próspera, moderna y de clase mundial.
Lo que me encanta de su obra es la conexión que tenía con su gente; los retrataba como uno más de ellos y fotografiaba la ciudad de la forma más mexicana posible, desde dentro hacia fuera, rechazando la imagen exótica y extranjera que exigían los medios de comunicación de la época. Me acabo de enterar de que también fue el primer fotógrafo considerado para trabajar con ensayos fotográficos en el país, publicados en semanarios locales.
No olvidemos a mis otras fuentes de inspiración: Graciela Iturbide, Lola Álvarez Bravo, Lourdes Almeida y Adolfo Doring. Espero que disfruten de estas dos fuentes principales de inspiración para mi trabajo en la ciudad. Estoy deseando volver a casa con mi actual esposa, pero al mismo tiempo, ¡no quiero que esta experiencia termine pronto!
@xavogram / xavierbuendia.com
Aquí la entrada completa en inglés de Xavier Buendía https://substack.com/home/post/p-159779688
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