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Por Edmundo Font 

4 votos a favor y uno en contra, de condenar a 27 años de cárcel al ex presidente Bolsonaro, por la intentona golpista y otros cargos muy graves, entre ellos la planificación de matar a los actuales presidente y vicepresidente de Brasil, Lula da Silva y Geraldo Alckmin, y al actual relator del proceso penal, ministro Alexandre de Moraes, concluyó esta semana. 

El tercer voto condenatorio, el decisivo, correspondió a una figura extraordinaria, por su rigor y entrega, la eminente jueza Carmen Lúcia, admirada profundamente por su elevada formación jurídica, y su honda formación intelectual. La distinguida ministra, además de poner indirectamente, en el sitio ominoso que le corresponde, al único juez que acabó convirtiéndose en el mejor abogado del reo, citó a Víctor Hugo, en una célebre sentencia contra los Golpes de Estado.

La humanística referencia al genio universal francés, la complementó la ministra Carmen Lúcia con descarnadas líneas de un poema de Affonso Romano de Santa Anna, destacado escritor brasileño, a quien tuve la fortuna de tratar muy de cerca (junto a su esposa, la brillante narradora Marina Colassanti). Affonso, quien fuera presidente de Fundación de la Biblioteca Nacional, y autor de más de 50 volúmenes de poesía, crónica, y ensayo, recibió becas de estudio del prestigio de la Guggenheim y de la fundación Ford. Fue también uno de los más célebres profesores de cátedras formadoras de pensadores en su país y periodista de gran calado. Un día publicaré las crónicas de la comida que organicé durante la visita a Río de Janeiro de Octavio Paz; y también en donde cuenta sobre nuestro reencuentro en Cartagena de Indias, cuando fui jurado del Festival Internacional de Cine. En ambos textos se manifiesta dueño de una pluma irónica y humorística muy aguda.

Volviendo al proceso histórico que se está verificando, a favor de la democracia, no solo en el país de Machado de Asís, sino en Latinoamérica —y en el día en que se recuerda la infamia criminal de Pinochet,  quedará un bello registro que unió la poesía al Derecho—. Por ello, y en homenaje a los dignos y valientes ministros del Tribunal Supremo, a la distinguida ministra Carmen Lúcia y a mi añorado amigo Affonso Romano de Santa Anna, traduje la primera parte del largo y duro poema escrito por quien vivió y sufrió la época del cruento golpe de estado de 1964 y que se citó durante el histórico juicio. 

                                          ¿QUE PAÍS ES ESTE?

I

Una cosa es un país, 

Otra, un ayuntamiento*.

Una cosa es un país, 

Otra, un regimiento.

Una cosa es un país, 

Otra, el confinamiento.

Pero ya supe fechas, guerras, estatuas, 

usé cuaderno marca “Avante”

—y desfilé de tenis para el dictador. 

Yo venía de una cuna noble, encaminado a  “un futuro radiante” 

y éramos superiores en todo,

— surcando ríos y pretensiones. 

Una cosa es un país, 

otra, un fingimiento. 

Una cosa es un país,

otra, un monumento

Una cosa es un país, 

otra, envilecimiento.

Debería derribar mapas afligidos sobre la plaza 

en busca de una rara de las especies y su raíz? o debería 

parar de leer periódicos 

                                       y leer anales 

como anal 

                  animal 

                               hiena patética 

                                                      en la mierda nacional?

O debería, en fin, ayunar en la torre del archivo de Historia,

de Lisboa

comiendo lo que las polillas excretan?

                                                                buscando

el “Quinto Imperio” * la primera carta náutica,

la viciosa “Visión del Paraíso” 

que nos obligó a errar aquí?

Subo, de rodillas, las escaleras de los archivos 

nacionales, como cualquier santo barroco 

que rebusca 

en los hongos de los papiros, en el moho 

de las pilas bautismales, en el herrúmbre 

de las vestimentas reales 

para ver aquello que se habría salvado con el tiempo

y que al mismo tiempo

—nos traiciona…

Affonso Romano de Santa Anna

  • la palabra Ajuntamento, en este caso, refiere al vinculo carnal. 
  • “Quinto Imperio”, imagen acuñada en “Mensagem” por Fernando Pessoa, como unidad espiritual y lingüística global. 

(Traducción del portugués, de Edmundo Font)

Edmundo Font, embajador mexicano, es poeta y pintor; durante 50 años sirvió en países de 4 continentes. Aquí su columna «Palabra de Embajador» en Zona Zero.

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