Las inundaciones repentinas en Texas han dejado un saldo de al menos 104 muertes confirmadas hasta la mañana del 8 de julio de 2025, según autoridades locales y medios internacionales. La tragedia ocurrió durante el fin de semana largo del 4 de julio, principalmente por el desbordamiento del río Guadalupe, afectando especialmente al condado de Kerr, donde se han registrado 84 fallecidos, incluidos 28 menores de edad.
Entre las víctimas se encuentran 27 niñas y guías de un campamento de verano arrasado por la crecida del río. Además, hay decenas de personas desaparecidas, por lo que las labores de rescate continúan intensamente en la región central del estado.
Las lluvias torrenciales que originaron la catástrofe fueron inusualmente intensas, con precipitaciones de entre 130 y 280 mm en pocas horas, lo que provocó una crecida súbita y devastadora. Las autoridades han advertido que el número de víctimas podría seguir aumentando, ya que las condiciones meteorológicas siguen siendo adversas y muchas comunidades permanecen aisladas.
El gobernador Greg Abbott ha asegurado que Texas no detendrá las tareas de búsqueda y rescate hasta localizar a todos los desaparecidos, mientras que el presidente estadounidense ha anunciado una próxima visita a la zona afectada.