A partir del primer minuto del 1 de agosto de 2025, Estados Unidos impondrá un arancel generalizado del 30% a todos los productos importados desde México. Esta medida, anunciada por el presidente Donald Trump, es presentada como un “castigo” a México por no haber hecho lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo y la actividad de los cárteles del narcotráfico, así como para detener el flujo de migrantes hacia la frontera sur de Estados Unidos.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha reconocido que las negociaciones continúan en marcha para intentar evitar la entrada en vigor de este arancel, declarando optimismo respecto a llegar a un acuerdo antes de la fecha límite. Sin embargo, hasta el momento no hay confirmación de cambios o una suspensión definitiva, por lo que la imposición del arancel sigue programada para iniciar en la fecha señalada.
Este arancel del 30% afectará de manera directa a toda la mercancía mexicana exportada a Estados Unidos, salvo algunos sectores específicos que podrían enfrentar tasas distintas (por ejemplo, automóviles con gravámenes del 25%). La medida está diseñada como una presión para que México intensifique sus acciones contra el tráfico de fentanilo y la migración irregular.