Por Diana Juárez Torres
En este 8M, en medio de incertidumbres globales, hacemos memoria de la participación de les migrantes mexicanes en la industria del acero
El reciente aumento del 25% en los aranceles a la importación de acero en Estados Unidos, impuesto por Donald Trump, hace pertinente recordar el papel de las mujeres en la industria acerera de Chicago durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En ausencia de los hombres, quienes se enlistaron en el ejército, ellas mantuvieron en marcha la producción.
En 1943, el editor de la revista LIFE, Daniel Longwell, escribió: “Ningún trabajo es difícil para las mujeres estadounidenses”, refiriéndose a las trabajadoras de las acerías durante el conflicto bélico. Mientras los hombres partían al frente, ellas asumieron los puestos vacantes.
“Las mujeres son contratadas desde Gary y East Chicago, que quedan cerca… Son mujeres negras y blancas, polacas y croatas, mexicanas y escocesas… Han sido aceptadas por la gerencia, por el sindicato, por los hombres toscos de fuertes músculos con quienes trabajan día a día”, afirmó Longwell.
El trabajo de estas mujeres fue documentado con fotografías, ya que LIFE, bajo la dirección de Longwell, se destacó por su apuesta por el fotoperiodismo. Una de las encargadas de registrar su labor fue la célebre fotógrafa Margaret Bourke-White, cuyas imágenes capturaron la participación femenina en la industria acerera de Chicago.
La incursión de las mujeres en la industria del acero no solo desmitificó la idea de que esta labor era exclusivamente masculina, sino que también impulsó su lucha por derechos laborales. Muchas de ellas continuaron trabajando después de la guerra, logrando posiciones de liderazgo en el Sindicato de Trabajadores del Acero Unidos. Desde ahí, lucharon activamente por salarios justos, igualdad de oportunidades para ascensos y el fin de la discriminación en las acerías, llevando algunos casos hasta los tribunales.
Si bien la producción de acero impulsó la Era Dorada (Gilded Age) de Estados Unidos entre 1870 y 1900, es fundamental reconocer el papel de las mujeres en este sector durante la Segunda Guerra Mundial. Su trabajo no solo fue clave para la industria en un momento crítico, sino que también desafió los roles de género en el ámbito laboral.
La participación femenina en la producción industrial demuestra que las diferencias biológicas pierden relevancia cuando se requiere mano de obra. Aunque su incursión en el sector fue impulsada por la guerra, dejó claro que su fuerza de trabajo no depende de la resistencia física, sino de su capacidad y determinación.
Aquí tendremos la colaboración de Diana Juárez cada semana, con lo que importa de la narrativa feminista.