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El Comando Norte de Estados Unidos ha expandido efectivamente su control sobre fracciones importantes de la frontera con México, incluyendo recientemente una franja de 51 kilómetros en Arizona. Este movimiento es parte de una estrategia más amplia, en la que el Pentágono ya supervisa más del 26% de toda la línea fronteriza entre ambos países.

La administración actual, bajo la orden de Donald Trump, ha autorizado la creación y ampliación de zonas militares restringidas (“Áreas de Defensa Nacional” o NDA por sus siglas en inglés) a lo largo de la frontera. Esas áreas, como la Reserva Roosevelt —que abarca aproximadamente 1,017km desde Nuevo México, pasando por Arizona hasta California—, son de uso casi exclusivo del ejército. De manera reciente, se han sumado nuevas franjas en Texas y especialmente en Arizona, bajo el control directo de bases como la Estación Aérea del Cuerpo de Marines en Yuma.

En estas zonas militares el personal armado tiene la facultad de detener temporalmente a migrantes irregulares o cualquier persona que cruce sin autorización, tratándolos como “intrusos” en instalaciones federales o extensiones de las bases militares. Una vez detenidos, los migrantes son transferidos a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) para su procesamiento. Aunque, formalmente, las fuerzas armadas no realizan tareas de policía migratoria, en la práctica el despliegue permite el control militar y la detención inmediata de migrantes.

Este refuerzo militar busca disuadir los cruces irregulares y se presenta como un mecanismo para evitar recurrir a la Ley de Insurrección de 1807, optando en cambio por un marco legal otorgado expresamente para que el ejército apoye el control migratorio sin que esto signifique un despliegue militar común en ciudades. La efectividad de estas zonas varía, pues en ocasiones jueces federales han desestimado cargos contra migrantes que entraron sin saber que se trataba de área restringida militar, pero también se han obtenido condenas bajo el nuevo esquema.

En resumen:

  • El Pentágono controla actualmente más del 26% de la frontera México-Estados Unidos, incluidas nuevas franjas significativas en Arizona.
  • Las zonas están bajo jurisdicción militar y permiten la detención temporal de migrantes irregulares en el área restringida.
  • Se busca reforzar el control y disuadir el cruce no autorizado, otorgando facultades directas al ejército para detener y transferir a migrantes a la autoridad migratoria civil.
  • Este modelo se está ampliando y ajustando de acuerdo a las políticas recientes en materia migratoria y de seguridad fronteriza.
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