El próximo papa debe reunir una combinación de cualidades personales, pastorales y de gobierno que le permitan enfrentar los desafíos actuales de la Iglesia Católica y continuar o ajustar el legado de Francisco.

Características buscadas en el nuevo papa

• Fortaleza física y espiritual: Debe tener vigor y resistencia para afrontar las exigencias del pontificado, como señaló Benedicto XVI al renunciar.
• Capacidad de gobierno y liderazgo estratégico: Se busca un líder que sea un estratega capaz de tomar decisiones, planificar y conducir reformas, especialmente para abordar problemas internos como la corrupción y escándalos.
• Talante dialogante y pastoral: Que sea un pastor cercano, compasivo, con sensibilidad ante el sufrimiento de los pueblos y abierto al diálogo con diferentes sectores y culturas.
• Valentía y dinamismo: Necesario para impulsar cambios, enfrentar resistencias internas y afrontar los retos globales de la Iglesia.
• Experiencia pastoral y de gobierno: Haber demostrado capacidad para guiar comunidades y manejar estructuras eclesiásticas complejas.
• Juventud relativa: Para garantizar energía y un pontificado posiblemente duradero que permita consolidar reformas.
• Visión inclusiva y reformista o tradicionalista: Aunque la balanza parece inclinarse hacia la continuidad del enfoque progresista de Francisco (Iglesia en salida, descentralización, inclusión social), también hay una corriente conservadora que busca un retorno a posturas más tradicionales, por lo que el perfil final dependerá del consenso en el cónclave.
• Independencia geográfica: El origen no es determinante; se especula que podría ser un papa no europeo, reflejando la globalización de la Iglesia.

Candidatos destacados (según tendencias)

En síntesis, el nuevo papa debe ser un líder con fortaleza física y espiritual, habilidades de gobierno, sensibilidad pastoral y capacidad para navegar entre las corrientes progresistas y conservadoras dentro de la Iglesia, definiendo así el rumbo del catolicismo en los próximos años.