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Por Yoelí Ramírez

Ante los caprichos arancelarios, México celebra que no le fue tan mal. 

La estrategia de cabeza fría dio resultados.

Sin embargo, gobierno y empresarios tendrán que echar mano de las lecciones aprendidas en la industria automotriz, acero y aluminio.

¡Que sigan las negociaciones y probemos nuevos modelos! 

Hasta ahora no sabemos cuales han sido los compromisos alcanzados entre México y Estados Unidos. No sabemos qué concesiones ha hecho la presidenta claudia Sheinbaum frente al presidente Donald Trump en materia migratoria o de seguridad, para evitar el impacto económico de los aranceles. 

Pero si hay violaciones al tratado comercial, más vale ir afinando los detalles para su revisión o renegociación.

No podemos seguir dependiendo y reaccionando al populismo. 

y tampoco podemos estar a expensas del trato preferencial que puede terminarse en cualquier capricho del republicano.

Ante el reordenamiento económico global, es momento de trazar varias rutas a largo plazo que fortalezcan la economía y estabilidad mexicana.

¿Qué oportunidades y retos enfrentamos?

Si la incertidumbre es lo único seguro para el tmec, ¿cómo podemos replantear la interdependencia con estados unidos? y al mismo tiempo, ¿cómo podemos diversificar mercados y convertir en socios, a las economías que le darán la espalda a los estadounidenses?

No sólo es Canadá o China, es pragmatismo. 

El mundo es el mercado y hay que aprovecharlo. Y si nos vamos a montar en la tendencia proteccionista y el plan México apuesta por impulsar el mercado interno, no basta con impulsar el consumo y asegurar la inversión, hay que mantener el ritmo de crecimiento. 

No culpemos a factores externos, de lo que suceda en lo interno.

¿Qué van a hacer para evitar la recesión?

Ilustración de Karacis Studio en Unsplash

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