Cerca de 300 trabajadores y extrabajadores de la NASA firmaron una carta abierta para protestar ante los recortes presupuestarios impulsados por la administración de Donald Trump. La carta fue dirigida a Sean Duffy, recientemente nombrado jefe interino de la NASA y secretario de Transportes de EE.UU., después de que Trump rechazara una propuesta previa de un aliado de Elon Musk.
Detalles clave de la protesta
- Reducción drástica del presupuesto: La Casa Blanca pretende reducir el presupuesto científico de la NASA a la mitad, una medida calificada por los firmantes como una amenaza que “compromete la seguridad humana, desperdicia recursos públicos, debilita la seguridad nacional y socava la misión central de la NASA”.
- Denuncia de presión interna: El manifiesto señala que los empleados están siendo presionados para realizar acciones que consideran dañinas, como:
- Cancelar misiones científicas robóticas.
- Reducir el presupuesto de la Autoridad Técnica de la NASA, que es esencial para la seguridad de astronautas.
- Cancelar la participación en proyectos internacionales.
- Implementar despidos indiscriminados y recortar la investigación científica y aeronáutica.
- Mandato del Congreso ignorado: Los trabajadores alegan que los recortes pretendidos son “arbitrarios” y buscan implementarse en contra del mandato del Congreso, quien legalmente define los presupuestos de la agencia.
Apoyo y repercusiones
- Respaldo de la comunidad científica: Más de 20 premios Nobel, entre ellos Ardem Patapoutian, se sumaron en apoyo a la llamada “Declaración Voyager”, bautizada así en honor a las sondas Voyager 1 y 2, íconos de la exploración espacial.
- Dimisión significativa: Makenzie Lystrup, directora del Centro Goddard de Vuelo Espacial (el mayor centro científico de la NASA), dimitió tras la carta. Aunque no denunció públicamente los recortes, su renuncia es vista como rechazo a la obligación de aplicar despidos masivos y cancelar misiones clave para el centro.
- Cultura del silencio: Los firmantes denuncian que, desde el regreso de Trump al poder, la dirección de la NASA ha impuesto en los últimos seis meses una “cultura del silencio”, dificultando la expresión de desacuerdo sin temor a represalias.
¿Por qué es importante?
Los trabajadores alertan que, si los recortes propuestos se llevan a cabo, misiones como las de las Voyager, que han expandido nuestro conocimiento del universo, ya no serán posibles. Además, advierten que se pone en peligro la seguridad en misiones tripuladas y el liderazgo internacional en la exploración espacial.



