En los últimos días, Rusia ha intensificado significativamente sus bombardeos sobre Ucrania, llevando a cabo ataques aéreos masivos que han alcanzado cifras récord en el uso de drones y misiles. Esta nueva oleada, iniciada hace aproximadamente diez días, ha implicado el lanzamiento de más de un millar de drones bomba y decenas de misiles en apenas tres jornadas, con un solo ataque nocturno que involucró 355 drones de largo alcance, el mayor registrado en más de tres años de guerra.
Objetivos de la estrategia rusa
Desmoralización de la población ucraniana:
La intensificación de los ataques tiene como objetivo principal minar la moral de la sociedad ucraniana. Los bombardeos, que se dirigen tanto a infraestructuras críticas como a zonas residenciales alejadas del frente, buscan sembrar el terror y la fatiga psicológica entre la población civil, obligando a miles de personas a refugiarse durante horas en sótanos y refugios antiaéreos. Testimonios recogidos en medios internacionales describen el miedo constante y el impacto emocional de los ataques nocturnos, especialmente sobre familias y niños.
Debilitamiento de las defensas antiaéreas:
Rusia está utilizando una combinación de drones de largo alcance, muchos de ellos con mejoras tecnológicas como sistemas de guiado por inteligencia artificial, y misiles balísticos y de crucero. El objetivo es saturar y desgastar las defensas antiaéreas ucranianas, forzando a Kiev a emplear sus recursos más valiosos, como aviones de combate, para interceptar amenazas que antes podían ser neutralizadas con medios menos costosos. Analistas militares y altos mandos ucranianos coinciden en que esta táctica busca agotar los sistemas antiaéreos y crear vulnerabilidades que puedan ser explotadas en futuras ofensivas terrestres.
Presión psicológica y política sobre Ucrania y Occidente:
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) y el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS) subrayan que la campaña aérea rusa pretende convencer a Ucrania y a sus aliados occidentales de que la victoria rusa es inevitable, erosionando así la voluntad de resistencia y el apoyo internacional a Kiev.
Consecuencias recientes
- Víctimas civiles: Solo en los últimos tres días, los bombardeos han causado la muerte de más de veinte civiles y daños significativos en infraestructuras residenciales e industriales, especialmente en regiones alejadas del frente como Jmelnitski.
- Saturación de defensas: Aunque Ucrania ha logrado interceptar la mayoría de los misiles y drones, la magnitud de los ataques está poniendo a prueba la capacidad de respuesta de sus sistemas antiaéreos, obligando al uso de recursos cada vez más escasos y sofisticados.
- Escalada tecnológica: Los drones Shahed empleados por Rusia ahora vuelan a mayor altura y cuentan con sistemas de guiado avanzados, dificultando su interceptación y aumentando su eficacia en comparación con el año anterior.
Contexto político y militar
Esta ofensiva aérea coincide con los preparativos de una posible gran ofensiva terrestre rusa prevista para junio, según el Estado Mayor ucraniano. A pesar de algunos gestos diplomáticos, no hay señales de que el Kremlin esté dispuesto a negociar un alto el fuego real, y la retórica de Moscú apunta a la intención de conquistar la totalidad de Ucrania. La escalada ha sido criticada incluso por figuras internacionales como el presidente estadounidense Donald Trump, quien ha calificado la actitud de Putin como «loca» y advirtió sobre las consecuencias de esta estrategia.
Resumen
Rusia ha recrudecido los bombardeos sobre Ucrania con el objetivo de desmoralizar a la población, debilitar las defensas antiaéreas y presionar tanto a Ucrania como a sus aliados occidentales. Esta táctica, basada en el uso masivo y tecnológicamente avanzado de drones y misiles, está generando un alto costo humano y material, y prepara el terreno para una posible ofensiva terrestre en las próximas semanas.