Estados Unidos anunció uno de los mayores decomisos de fentanilo en su historia, con la incautación de 11.5 kilogramos del opioide, equivalentes a 3 millones de pastillas, vinculadas al Cártel de Sinaloa. Durante el operativo, liderado por la DEA, se arrestaron seis integrantes de alto nivel del cártel que se encontraban ilegalmente en el país, incluido su líder Alberto Salazar Amaya, quien residía en Salem, Oregón.
La distribución de la droga se realizaba en varios estados, como Nuevo México, Arizona, Utah y Oregon. Además del fentanilo, se aseguraron armas, vehículos de lujo, millones de dólares en efectivo, metanfetamina, heroína y cocaína.
La fiscal general Pam Bondi calificó esta incautación como la mayor victoria en la lucha contra las drogas en la historia de Estados Unidos y advirtió que no negociarán con los criminales que introducen fentanilo, una droga altamente peligrosa y letal.
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