Tras una serie de redadas contra inmigrantes indocumentados en Los Ángeles realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), se desataron intensos enfrentamientos entre autoridades migratorias y manifestantes, especialmente en barrios de mayoría latina como Paramount. Las protestas incluyeron choques directos con agentes federales y locales, uso de gases lacrimógenos y porras para dispersar a la multitud, y numerosos arrestos, con al menos 118 detenciones reportadas durante la semana, incluyendo 44 solo el viernes.
En respuesta a la escalada de tensión y la persistencia de los disturbios, el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 2,000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles con el objetivo declarado de «restaurar el orden» y «enfrentar la anarquía» que, según la Casa Blanca, se había permitido crecer bajo la administración local y estatal. El memorando presidencial fue firmado el sábado por la noche y anunciado oficialmente por la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Reacciones y contexto político
- Gobierno federal: La administración Trump justificó la medida como necesaria para proteger a los agentes federales y frenar la violencia, manteniendo una política de «tolerancia cero» ante actos criminales y ataques contra la autoridad.
- Gobernador de California: Gavin Newsom criticó duramente la decisión, calificándola de «deliberada y cobarde», y advirtió que solo aumentará las tensiones. Acusó al gobierno federal de «crear el caos para tener una excusa para escalar las cosas», y reiteró que California es un estado santuario para inmigrantes.
- Alcaldía de Los Ángeles: La alcaldesa Karen Bass reconoció el temor entre los residentes y defendió el derecho a la protesta pacífica, pero rechazó la violencia y la destrucción de propiedad.
- Organizaciones civiles: La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) anunció que estudia acciones legales contra el despliegue, considerándolo una «represión clara» contra las comunidades inmigrantes y una «declaración de guerra» contra los residentes del estado.
Detalles de los enfrentamientos
- Las protestas se concentraron en zonas con alto porcentaje de población latina, como Paramount (82% hispana o latina), y frente a instalaciones federales y comercios, donde se reportaron migrantes atrapados por miedo a ser detenidos.
- Se utilizaron gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y equipo antidisturbios para dispersar a los manifestantes.
- El Pentágono declaró estar listo para movilizar tropas en activo si la violencia persiste.
- Trump prohibió el uso de máscaras en las protestas y reiteró que el gobierno federal «resolverá el problema de los alborotadores y saqueadores».
Conclusión
El despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles marca una nueva escalada en el enfrentamiento entre el gobierno federal y las autoridades estatales de California respecto a la política migratoria y el manejo de las protestas sociales. Mientras la Casa Blanca defiende la acción como una medida de seguridad, los líderes locales y defensores de derechos civiles advierten que solo agravará la crisis y la polarización en la ciudad.