El primer mes de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, tras su regreso al poder el 20 de enero de 2025, ha estado marcado por una serie de decisiones audaces y controvertidas que han transformado rápidamente el panorama político y social del país. Desde su toma de posesión, Trump ha firmado un total de 72 decretos presidenciales, una cifra notablemente superior a la de sus predecesores en el mismo periodo. Estas acciones abarcan desde la inmigración hasta la política exterior, reflejando su enfoque agresivo y nacionalista.
Uno de los cambios más significativos ha sido la declaración de emergencia nacional en la frontera con México, lo que permitió el despliegue de tropas y el inicio de deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados. En su afán por controlar la narrativa, Trump también ha implementado aranceles del 25% sobre productos canadienses y mexicanos, lo que ha intensificado las tensiones comerciales en América del Norte. Además, ha comenzado a desmantelar políticas progresistas, como las relacionadas con la educación y los derechos de las personas trans.
En el ámbito internacional, Trump ha retirado a Estados Unidos de acuerdos clave como el Acuerdo Climático de París y ha reducido significativamente las ayudas a países en desarrollo a través de Usaid. Su retórica ha incluido afirmaciones controvertidas sobre conflictos globales, como la guerra entre Ucrania y Rusia, donde ha insinuado que Ucrania es responsable del conflicto.
Este primer mes también ha visto un enfoque en la guerra cultural, donde Trump busca revertir lo que él considera «adoctrinamiento radical» en las escuelas. A pesar de las críticas y la polarización generada por sus decisiones, Trump continúa presentándose como un salvador del país, prometiendo un futuro brillante bajo su liderazgo.
En resumen, el regreso de Trump a la Casa Blanca ha traído consigo un giro radical en políticas tanto internas como externas, estableciendo un camino que promete ser tan tumultuoso como su primer mandato.